Recomendaciones al hacer una reparación de persianas

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Las persianas son esenciales en nuestro hogar, por distintas razones. Para algunos el diseño de las persianas representan un énfasis en la sofisticación de su espacio, para otros es simplemente un accesorio practico que impide la entrada de luz directa sobre la ventana.

Independientemente de cuál sea tú caso, de todos los objetos del hogar las persianas suelen ser las más subestimadas o pasadas por alto. Un mal cuidado podría incurrir muy fácilmente en que se estropeen prematuramente o que no sepamos cómo reaccionar ante estas fallas. Es por eso, que luego tenemos que pensar en reparar persianas por nuestra cuenta.

¿Es siempre necesario acudir a alguien para reparar mis persianas?

Como ya te habrás podido dar cuenta por el título de la entrada, la respuesta es no. Claro que la reparación de persianas por manos de un profesional a la larga siempre es garantía de arreglo, pero si consideramos que es algo minúsculo, entonces no tienen nada de malo hacer nosotros la prueba.

Pero si es importante que tomes en consideración unas cuantas cosas antes de recurrir al clásico “hazlo tú mismo”, aquí te vienen unos breves consejos que podrían servirte al momento para reparar tus persianas, muchos complementándose entre sí como podrás ver:

  1. Conocer sus partes

Uno de los errores más comunes al intentar reparar algo, es que nuestro propio desconocimiento por el aparato o el mecanismo al que estamos toqueteando podría hacer que terminemos empeorando el asunto.

Las persianas también funcionan mediante un sistema de piezas. Por más rustico o rutinario que pueda parecernos, es indispensable que estemos familiarizados con cada una de las partes que la conforman. Así disminuirá el riesgo de que algo pueda salir mal.

  1. Haberla instalado tú mismo

No hay mejor manera para familiarizarnos con nuestra persiana que propiamente habiéndola instalado en el pasado. Esto nos dará la oportunidad de conocer en detalle sus partes y evitara que no nos sintamos perdidos cuando algo no funcione como debería.

Lo ideal es que al momento de instalar una cortina, nos guiemos siempre del manual de instrucciones. Una vez que el trabajo este hecho, guardarlo en caso de una eventualidad y cuando esta no funcione apropiadamente sacar tu material de referencia.

  1. Identificar nuestro tipo de persiana

Esto pueda parecer redundante pero se sorprenderían la cantidad de tipos de persianas que existen en el mercado. Cada una con diferentes nombres, modelos, marcas y variantes.

Como ya hemos podido comprobar, el conocimiento tan simple como el modelo es también de vital importancia, al igual que lo es ser capaz de reconocer e identificar las propias piezas que conforman el mecanismo.

  1. Diagnosticar correctamente el problema

Lo más importante es ser capaz de identificar en donde se encuentra la falla para no perjudicar otras partes que no estén siendo afectadas.  Es necesario que antes de querer meter nuestras manos sepamos exactamente con que estamos lidiando.

Incluso no nos vendría mal ir en búsqueda de tutoriales en línea o preguntar la opinión de alguien más, es necesario hacer a un lado nuestra propia terquedad de querer que las cosas funcionen como nos gustaría e identificar el problema de forma objetiva.

  1. Acudir a un profesional cuando el daño es irreversible

Aquí también entra en juego nuestra propia capacidad de dejar a un lado nuestro ego, aceptar cuando definitivamente lo que hacemos no está funcionando. Puede que incluso no hubiera hecho mucha diferencia desde el principio.

En fin, es importante a veces asumir la derrota y admitir cuando realmente necesitamos la ayuda de un profesional. Puede que este sea un llamado para sustituir tus cortinas por un nuevo diseño, solo aprovecha de las oportunidades que te brindan este tipo de experiencias.